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Arq. Rafael Convit H.

martes, 14 de agosto de 2007

Problematica

Venezuela es un país donde menos del 65% de las aguas servidas son tratadas, por lo cual nuestros ríos, mares y lagos son diariamente receptáculos de aguas contaminadas producto de una rápida industrialización y crecimiento poblacional en nuestras ciudades y sobre todo en el Delta como centro de acopio de casi todos los ríos de Venezuela. Además de otras actividades altamente toxicas como el mercurio, comúnmente utilizado en la minería rural y sin ningún restrictivo y control por parte de las autoridades competentes, así como químicos que utilizan las fabricas e industrias en toda modernización.

Sin embargo, existe en todos nosotros como seres, una preocupación sobre el futuro del agua y más aún cuando esta es racionada o falta en cualquier comunidad.

Comúnmente somos derrochadores y apáticos a estos problemas cuando no nos afectan directamente en un momento dado, a pesar de que somos consiente que los problemas en los recursos hídricos son inherentes a mediano y largo plazo, repercutiendo generalmente en nuestra supervivencia.

Somos uno de los países más ricos en recursos hídricos, la mayoría de los cuales se encuentran concentrados al sur del río Orinoco, en contradicción con la ubicación poblacional, la cual está en un 80% al norte y centro-oeste del mencionado río. Es por ello que cada día se hace mayor el reto de lograr un uso más eficiente del agua, labor que recae fundamentalmente en el ciudadano común y en la que deben contribuir necesariamente las organizaciones no gubernamentales que desarrollan proyectos socio-ambientales y comunitarios.

Adicionalmente, es necesario empezar a ver y a conservar ecosistemas auto sostenibles y no sólo la que se encuentra en los embalses y en nuestros reservorios particulares (Tanques). Es fundamental extender la labor de conservación de cuencas, ya que el deterioro de estas como resultado de deforestaciones y malas prácticas agrícolas, así como su utilización como vertederos de todo tipo de desechos, tanto orgánicos como químicos está teniendo consecuencias en el volumen y la calidad del agua de nuestros ríos. Para ello es fundamental contar con una buena gestión de nuestros parques nacionales y otras áreas protegidas, que son las principales zonas protectoras de nuestros recursos hídricos.

Sería injusto negar que en los últimos años son muchas las iniciativas públicas y privadas para atender distintos aspectos vinculados al manejo y la conservación del recurso agua. Pero estoy convencido que no solo debe estar la iniciativa, sino también en el seguimiento y la sustentación de estos programas así como la formación de individuos capaces de seguir ese propósito a fin de que algún día, nuestras generaciones de relevo sientan la necesidad de preservar, como algo natural, así como lo hacen con la preservación de un miembro anatómico de su cuerpo y que sea parte inseparable de su existencia.



En Venezuela existen 28 grupos indígenas. La mayoría de ellos viven en las zonas de los estados Delta Amacuro, Amazonas y Bolívar. Entre esos grupos están los pemón, yekuana, piaroa, warao, panare, piapoco, bare y yanomami.

Estas comunidades han vivido tradicionalmente haciendo uso de los recursos, los animales y las plantas, que proporciona el bosque, a fin de obtener comida, medicinas e materiales para elaborar sus casas y sus instrumentos de trabajo.

Los estudios elaborados de estas zonas han encontrado que en los bosques de la Guayana venezolana los indígenas utilizan aproximadamente 147 especies de plantas como alimentos, 142 como medicina, 25 para elaborar artesanía y al menos 8 para construir sus viviendas.


De seguir con la apatía e ignorancia hacia la conservación de nuestros ríos y afluentes de aguas, conservación de nuestros bosques y abandono humanitario hacia nuestros semejantes, estaremos asegurando un futuro exterminio de una de las etnias mas antiguas del planeta.

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